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Disfrute de la puesta de sol desde uno de los numerosos bares de la isla

No hay mejor manera de disfrutar de una de las famosas puestas de sol de Ibiza que con una botella de vino o un cóctel en uno de los elegantes cafés o bares de la isla.

El Café Mambo, situado en la emblemática franja de San Antonio, ofrece una muestra de la vida nocturna de la isla. Se fundó en 1994 y atrae a algunos de los DJ más conocidos del mundo, así como a un variado público de todas las edades que viene a disfrutar de su animado ambiente.

Otro lugar popular es Cala Conta, donde actúan bandas en directo en el chiringuito Sunset Ashram mientras el cielo se tiñe de dorado y carmesí.

Explore Cala d'Hort para vivir una experiencia más trascendente, que ofrece impresionantes vistas de Es Vedra, una diminuta y aislada isla rocosa de la que se cree que emite un aura misteriosa.

Disfrute del hermoso mar Mediterráneo

Ibiza es un lugar estupendo para bucear, como cabría esperar de una isla mediterránea con tantas playas increíbles. Sus aguas cálidas y transparentes son aptas tanto para buceadores principiantes como expertos. En la región también hay fondos marinos cubiertos de hierba, cavernas submarinas y pecios sumergidos, que albergan una fauna asombrosa. Incluso puede tener la suerte de ver una ballena o un grupo de delfines. Si se siente menos atrevido, siempre puede alquilar un barco para recorrer la costa, o puede coger un tubo y explorar una de las muchas calas de la isla.

Visitar la isla de Formentera

Formentera es la más pequeña de las Baleares y suele ser visitada como excursión de un día por los turistas que se alojan en Ibiza. Se puede llegar a ella mediante un breve trayecto en ferry o en taxi acuático privado. Una vez allí, descubrirá una isla con playas vírgenes, pueblos encalados, llanuras salinas y dunas de arena que parecen más caribeñas que mediterráneas. Debido a las rigurosas leyes que rigen el crecimiento, no encontrará aquí establecimientos de comida rápida ni enormes hoteles. En cambio, la campiña cubierta de pinos, los matorrales de brezo y el Parque Natural de Ses Salines, protegido por la Unesco, constituyen un refugio para los animales, especialmente las aves.

El lujoso complejo de Es Pujols es el centro neurálgico de la isla, pero si busca un ambiente más relajado, diríjase a la playa de Platja de Migjorn, una franja de seis kilómetros de arena blanca donde encontrará excelentes chiringuitos y una gran variedad de tranquilos cafés y restaurantes.

Pasee por el casco antiguo

El precioso casco antiguo de Ibiza, también conocido como Dalt Vila en catalán, fue ocupado inicialmente hace más de 2.500 años y desde entonces ha evolucionado hasta convertirse en un sofisticado enclave rico en historia y cultura. Le espera un festín visual mientras pasea por las serpenteantes calles de la ciudad. Si se cansa de las amplias vistas de los tejados rojos y los frondosos pinares de Formentera al otro lado del estrecho de Es Freus, entre en una galería cercana o en el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza. El museo exhibe una impresionante colección de obras modernas, además de exposiciones cambiantes en un impresionante y sereno antiguo búnker militar, algunas de las cuales datan del siglo XVI. Después, pida una jarra de sangría bien fría y relájese en un sillón de mimbre en una de las numerosas y tranquilas plazas de la ciudad.